Fue cualquier tarde, pero no una tarde como cualquiera. El que espera siempre desespera. Y el esperar siempre se convierte en un tiempo perdido y sin haber logrado nada. Pero esa larga, extraña y febril tarde quizás fue el fin del sentimiento positivo del “esperar”, lo que vino después fue algo totalmente enfermizo, obsesivo; una forma de envejecer al alma: por un amor, un sentimiento, un amigo, un pasado que ya nunca volverá.
Esto sucedía bien temprano por la tarde, luego, llegaba la indiferencia: altanera, egoísta y en el fondo tan sola que ahora hasta produce lástima; me sentaría a conversar con ella, puede que tengamos cosas en común... al fin y al cabo ambos estamos perdidos, sin rumbo y esperando cosas que jamás volverán.
Pages
3:42
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola Alu!!!
Aquilo que nos dói tem seu lado bom quando conseguimos expressar nossas dores em textos tão bonitos como o teu.
Olha só: "es domingo, arriba este ánimo!!!" hahah.
FELIZ DIA DO AMIGO!!!
Um beijão!